miércoles, 26 de diciembre de 2018

Aterciopelado modo

En noches estivales
De risas frágiles
Tus manos me acogen
Con aterciopelado modo
Efímeras nuestras caricias
Lascivas en el baño
De visitas de la casa
De quienes nos acogen
Con vino e historias

De noches mullidas
Que ocultan nuestras
Sombras de amantes
Furtivos en sitios
Silenciosos
Que circundan
Los besos desesperados
Porque el alba
No los fulgorice

De noches en que
Hablamos del Che
Y de la trova cubana
Antes de que amanezca
Y las cunetas
Se doren con ese sol
Temprano que curte
Tu piel morena
En la que me invitas
A descansar inerme 

lunes, 17 de diciembre de 2018


Del amor, filosofías políticas y tardes estivales

Al fragor de teorías políticas
Mientras un fantasma recorre el mundo
Hacíamos el amor uníos como proletarios
Del siglo diecinueve
Con ímpetu y amor
Y deseo y carnalidad
Y besos por doquier
Y tú gimiendo como gata
Y yo con los ojos cerrados
Queriendo no dañarte
Ni con el más nimio ademán

Voraces lenguas nos abrigaban
Entre cuatro paredes de claro esmalte
Las cortinas dejando que sólo una pizca
De luz regara tu cuerpo moreno
Morena de Abya Yala feminista
Y militante de caricias que sanan
Escuchando el susurro de voces
Trasandinas que filosofaban
Dándole candor al fuego libertario

Uníos en la horma del amor
Conociéndonos un poco
Mediante lecturas y música
Centroamericana
Café entre tus manos
Y helado de chocolate
Fluyendo por los estuarios
Que nos hicieron converger
Después de una sonrisa
Tímida en alguna oscura
Avenida de la ciudad
Que nos ve en actos furtivos

martes, 11 de diciembre de 2018

El incidente de Nicola

El sol se colaba entre las hojas
Del pimiento plasmando
Mieles titilantes por el piso
Los zapatos incólumes de
Nicola recién lustrados
Parecían de leopardo
Por el efecto de las hojas
Pareciéndole curioso su calzado

Llegó a la ciudad un lunes por la mañana
Se apeó del bus proveniente de Buenos Aires
Cargando un pequeño maletín
Con sólo unos harapos y un poco de dinero
La tarde siguiente a su llegada
Nicola decidió tomar un refresco
e ir a cortar su cabello

Con rostro sereno se miraba jugando
Con las muecas en el espejo de marco dorado
De la peluquería de un antiguo barrio
Sentía el sonido de las tijeras
Cerrando los ojos cuando el
Peluquero aplicaba espuma
Sobre su barba para cortarla con navaja

Caminó en dirección al mercado
Dispuesto a comer una paila marina
Porque el peluquero se lo recomendó
Para darse energías le dijo
Por la avenida siguió la cadencia
De las piernas de una morena
Que caminaba a prisa

Nicola no se percató de que
A la mujer la seguía un hombre
De cabello graso
Prendas harapientas y chancletas
De cuero bien curtido
Por lo que llegó a la marisquería
Y solicitó una cerveza sin mayor problema

Caminó el hombre harapiento hacia Nicola
Sin que este se diese cuenta
Y clavó un pequeño corvo iridiscente como obsidiana
En el cuello límpido de Nicola
Viendo cómo éste caía al piso
Dejando un charco de sangre
Provocando el escándalo
En el restaurante
Siendo Nicola no reconocido por nadie
Ni tampoco por quien le asestó el golpe
Que después en la comisaría confesó que
Fue un error y la venganza era con otro