Julián
hasta
luego Julián
elucubra
en voz alta
desde el
vestíbulo
la rubia
que entró
por una
cerveza y papas fritas
Julián
con esa sonrisa
de niño
apretando
los brazos
contra su pecho
levanta
la mano diciendo adiós
y ahí
veo a Julián
enseñando
sus blancos dientes
con los
ojitos achinados
al
despedirse de la rubia
atento
al despeje de la mesa
recién
desocupada
sonriendo
mientras disimula
el
torrente de recuerdos
de migrante
trabajando
en este
lúgubre bar de la ciudad