lunes, 29 de octubre de 2018


Despedida

Caminé en línea recta varias cuadras de la ciudad
Pregunté en distintos barrios  y no lo hallaba
Recorrí librerías mas no así bibliotecas públicas
Leí afiches pegados en postes y paraderos que
Sólo buscaban mascotas con recompensa en dinero

Crucé calles y encontré más de una fachada de casa
Bonita con colores vivos y ventanas con macetas
De flores que le daban un aspecto que me pareció de amor
Llegando a un barrio que antes fue mío
Alguien me indicó la casa donde vivía él

Digo que caminé a mediodía con la camisa pegada al cuerpo
Por varias cuadras sin escuchar música atento al habla popular
Y cuando ella me hizo seña de que aquélla era la casa
Crucé la oxidada reja del cité para volver a verlo
Detrás de las persianas abiertas de par en par

La casa era pequeña: un baño grande y dos habitaciones
Un living-comedor repleto de libros en anaqueles
Y otros en el piso donde dos gatos dormían
Aletargados por el bochornoso día que encandilaba
Desde la cocina me ofreció café que acepté dichoso

Nos sentamos en la mesa y me pidió permiso para fumar
Le dije que si me convidaba un cigarrillo
Y accedió a la solicitud estirando la cajetilla
Acto seguido se fue a un anaquel y trajo un trozo de madera
Y me preguntó: “¿recuerdas que lo encontramos en el parque un día
De camino a casa y tú dijiste que parecía una ardilla?”

Me demoré un poco en contestar al contemplar la Ardilla
Y dije: “sí”, moviendo afirmativamente la cabeza
Nos tomamos el café y fumamos más de un cigarro
Hasta que me dijo que se iría a vivir al sur
Donde se radicaría hasta su muerte así que lo abracé y me fui

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