Despedida
Caminé
en línea recta varias cuadras de la ciudad
Pregunté
en distintos barrios y no lo hallaba
Recorrí
librerías mas no así bibliotecas públicas
Leí
afiches pegados en postes y paraderos que
Sólo buscaban
mascotas con recompensa en dinero
Crucé calles y encontré más de una fachada de casa
Bonita
con colores vivos y ventanas con macetas
De
flores que le daban un aspecto que me pareció de amor
Llegando
a un barrio que antes fue mío
Alguien
me indicó la casa donde vivía él
Digo que
caminé a mediodía con la camisa pegada al cuerpo
Por
varias cuadras sin escuchar música atento al habla popular
Y cuando
ella me hizo seña de que aquélla era la casa
Crucé la
oxidada reja del cité para volver a verlo
Detrás de las persianas abiertas de par en par
La casa
era pequeña: un baño grande y dos habitaciones
Un
living-comedor repleto de libros en anaqueles
Y otros
en el piso donde dos gatos dormían
Aletargados
por el bochornoso día que encandilaba
Desde la
cocina me ofreció café que acepté dichoso
Nos sentamos
en la mesa y me pidió permiso para fumar
Le dije
que si me convidaba un cigarrillo
Y accedió
a la solicitud estirando la cajetilla
Acto seguido
se fue a un anaquel y trajo un trozo de madera
Y me preguntó: “¿recuerdas que lo encontramos en el parque un día
De camino
a casa y tú dijiste que parecía una ardilla?”
Me demoré
un poco en contestar al contemplar la Ardilla
Y dije: “sí”,
moviendo afirmativamente la cabeza
Nos tomamos
el café y fumamos más de un cigarro
Hasta que
me dijo que se iría a vivir al sur
Donde se
radicaría hasta su muerte así que lo abracé y me fui
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