A la mar van los poemas
Circundado
por los brotes de un verdor que crece y crece
Entre
la humedad que va quedando de la estación pasada
Y
el sol que pega la camisa a mi piel mientras sudo busco
Escribir
un par de poemas por día o nada por semanas
Escribir
los poemas que fueron arrojados a la mar
Por
el militar que a golpes certeros empujaba al poeta
Subiéndolo
al buque atiborrado de los más débiles
En
el que la más mínima luz que se colaba por la escotilla
Encandilaba
a los muchachos que adivinaban la hora
Envuelven
los grillos y el aleteo de los pájaros mis oídos
Mientras
recuerdo al poeta que perdió su carpeta de poemas
Roja
como la sangre de los ahogados en el mar
Escribir
Y
creer que las palabras contenidas en los poemitas que cargaba
Han
sido leídas y han rozado las pieles frías de quienes yacen ahí
Entre
las rocas y los moluscos los peces y promontorios de arena
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