lunes, 22 de octubre de 2018


Muerte de Nicanor

Y yo leía a un poeta
Desconocido para muchos
Y amado por irreverentes

Se hablaba de poetas del Olimpo
Los profesores hacían alarde
De Mistral Neruda Huidobro

Y a la deriva quedaban De Rokha
También Brito Lihn Lira
Y Pizarnik o Tristán Vela
De Pessoa ni que hablar…

Pero hay un poeta
Visceral
Maldito y tierno
A la vez
Encarnación de un oxímoron
Agua y aceite

Y yo lo leía en el paradero
En casa
En la universidad
En donde sea
Lo leía solo
Y acompañado

El poeta de quien hablo es
Nicanor Parra
Que falleció un día estival
Yo la noche anterior
A la noticia de su muerte
Estaba de juerga
Con la lengua traposa
En donde con un par de litros
Se modifica la jerga

Y recuerdo que
X la mañana
 recibí una llamada
De larga distancia
Era mi madre
Y dijo: ¿viste las noticias?
No! Qué pasó, dije yo
Falleció Nicanor…
Nicanor Parra…, escuché del otro lado del teléfono
Acto seguido corté
Acto seguido corrí
A prender la tele

Y ahí estaba
“Fallece Nicanor Parra a sus 104 años”
No pude llorar de sopetón
No exclamé nada
Me senté porque tenía el cráneo partido en 2
Me miré al espejo y lloré
Procurando no ser visto

Era tan fuerte la resaca
Que me tendí en la cama
Y dormí toda la tarde

Ahora quiero creer
Que estar encañado
Sirvió para vivir el duelo
Impactante
De la muerte de Nicanor
Quien bajó del Olimpo
E hizo que la poesía fuera objeto indispensable:
No podemos vivir sin poesía

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