Historia del toro que dejó a mi abuela sin una oreja
Criábamos
un ternero que encontramos
Por diez
mil pesos cuando recién fue
Destetado
en una feria a las afueras de la ciudad
A punta
de pasto y otras hierbas que
Él mismo
tomaba del potrero
Fue
creciendo y ensanchándose cual golem
Pasados los meses fue mostrando su furia
Ya no era
dócil como antaño y engendraba
Respeto
en las miradas curtidas de edificios
- Grisáceas
miradas foráneas -
De
madrugada junto a mi hermano
Mi padre
y algunos tíos
Después
de beber las últimas
Botellas
de pisco que un viejo
Barbón
destilaba a kilómetros de casa
Nos
desvestíamos y tomábamos
El capote
de brega de mi bisabuelo
Que llego
al país en un barco español
Y que
murió joven a manos de
Los
aborígenes de la región
En
silencio nos dirigíamos
Al
potrero y molestábamos
Al toro jugando
a ser toreros
Entre
risas y también miedo
En un
sinfín de noches de juerga
Anoche
repetimos el juego
Que
estaba deviniendo en ritual
Si es que
descorchábamos el destilado
Era el
turno de un tío
El toro
corrió hacia el capote
Pero no
lo abatió sino que siguió
Corriendo
hacia mí
Yo salté
la verja y corrí
Toqué la
puerta entre risas
Y gritos
desesperados despertando
A mi
abuela que se levantó asustada
Abrió
permitiéndome entrar
Yo miraba
al toro acercarse
A través
de la mirilla pero
Mi abuela
cometió el error de abrir
Ya que no
lograba ver por donde
Lo hacía
yo y el toro entró a casa
Dejando a
su paso todo destrozado
Y a mi
abuela si una oreja
Al ser
atravesada por uno de los cachos
Sedientos
de sangre y tan aburrido
Del rito
embriagado que practicábamos con él
No hay comentarios:
Publicar un comentario